Intoxicación y contaminación son respectivamente la acción dañina sobre el cuerpo humano y la naturaleza por parte de agentes químicos, físicos y microorganismos que alteran su normal funcionamiento. La naturaleza pasa a ser insegura y deja de ser apta para el ser humano, que además puede llegar a padecer diferentes enfermedades y daños causados por las infecciones y las toxinas.
Estas toxinas pueden provenir de los mismos microorganismos infecciosos o ser creadas por plantas y animales venenosos o tóxicos para los seres humanos, y la acumulación de toxinas en la sangre también se produce por mala alimentación al consumir en exceso alimentos con grasas saturadas, azúcares y alcohol entre otros, además del descuido de la higiene, el estrés o la misma contaminación del medio ambiente a través del aire y el agua.
Pero es posible limpiar todo lo sucio, tóxico y contaminante acumulado aún a lo largo de muchos años, tanto en los cuerpos de los seres vivos como en la tierra, el aire y el agua, recuperando nuestra salud y descontaminando el planeta.
El secreto es el agua y la posibilidad de un tratamiento que la purifica convirtiendo la toxicidad en proteínas y sustancias bionutrientes, a diferencia de otros procesos que la encapsulan y tarde o temprano estas toxinas se liberan o se enlazan con otras sustancias y terminan por enfermarnos y contaminar el ecosistema.
Un litro de agua superionizada recupera miles de litros de agua. Limpia, desintoxica y descontamina y da paso a la vida marina y sus aplicaciones se extienden a la estética, la salud y la limpieza ecológica entre otros. Para esos casos a veces sólo basta con la acción de 1 o 2 gotas y comprende también el poder regenerador sobre metales pesados y restos de medicamentos.
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